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Meditación Metta, hazte amigo de quien ya eres

Meditación Metta

¡Y de repente Metta!

Por José Manuel López
Profesor. Relator. Dilvulgador de meditación.

Cuando la emoción se apodera de la observación la propia mirada se transforma.

En los últimos meses me estuvieron regalando un calurosa ración de emociones en unas sesiones donde la gratitud y la curiosidad acompañaban los gestos de los que acudían al taller de meditación. Iban entrando a cuentagotas a un ritmo arrastrado, con bolsas o sillas, avanzando hacia el final de la sala iluminada por una luz tintada con el verde del patio.

Desde marzo hasta junio de este año, en un centro cívico urbano, dependiente de la administración autonómica, he realizado un taller de introducción a la práctica de meditación mindfulness. Pretendía divulgar entre el vecindario el mejor método que conozco para rebajar los niveles de ansiedad y aumentar la aceptación del presente y la autosatisfacción en general.

Todo comenzó con una conferencia que iba a servir de presentación y que llamó a casi unos treinta curiosos.

Predominaba la mediana edad y por supuesto las mujeres. Una expectación en abierto se mantuvo viva durante todo el taller, lo que me satisfizo muy adentro. Este es un barrio popular que ha venido acogiendo mucha población inmigrante del rural que vivía tranquilamente en sus propiedades y con el éxodo se instaló en un medio urbano, ajeno y en principio hostil.

Y digo “en principio” porque el clima del barrio al fin y al cabo está hecho por otros vecinos que habían abandonado también la aldea, si bien coloreado con las diferencias culturales de los emigrantes retornados, en menor o mayor grado asimilados al país en el que pasaron sus vidas.

La forma y el lenguaje a usar eran un desafío, pues deberían estar al alcance de cualquier persona de cualquier edad, creando al mismo tiempo una motivación que los atrajese a introducir la dinámica meditadora en su día a día. El choque cultural podía ser brutal.

El venir cada lunes a recibir en común sus dosis de mindfulness se mantuvo, paso a paso, en un número que rondaba la veintena de interesados. Experimentamos con todo tipo de posturas, se hizo un análisis demorado del mecanismo de la respiración, aplicando las actitudes de la aceptación, el no juzgar, la desidentificación con las emociones…

Fuera como fuese, día tras día el feedback que me llegaba era así como bastante formal, ¿cómo me siento?, ¿en qué pienso? No me llegan los pies al suelo, puedo tener los ojos entreabiertos?… Al mismo tiempo, personas muy instaladas en su insatisfacción continuaban sin mencionar un cambio apreciable en su relación con ellos mismos o con su entorno.

Se trata de hacerse amigos de quienes ya somos

Uno de los lunes volví de un retiro semanal de vipassana, con intención de llevar una práctica meditativa que me había conmovido, la llamada metta bhavana*.

Aun no siendo una forma de regulación de la atención como es mindfulness, la práctica de la meditación del amor incondicional podría conectar con circuitos neuronales diferentes, situados en regiones más antiguas del cerebro y en este caso servir como el adecuado complemento para aumentar la temperatura emocional de nuestros encuentros. Se trata de conectar con nuestro anhelo más o menos latente de bienestar para todos los seres sin limitación, con una sensación de bondad natural inagotable.

Aunque en aquella ocasión solo empezamos por dirigir el amor benevolente a nosotros mismos, los resultados no se hicieron esperar, la sala se cargó de emotividad y los gestos de afecto. La confidencialidad se desperezó, allí surgieron historias de carne y hueso, mujeres que habían perdido a sus maridos y viceversa.

Alicia: How long is forever?
Conejo blanco: Sometimes, just one second

De repente, la confianza para comunicar sus pesares había comenzado a abrirse camino por medio de una experiencia individual (la aplicación del amor incondicional, metta, a uno mismo) y comenzaba a dar sus frutos, socializando inquietudes como en aquel grupo tribal.

¿Será que hacernos amigos de nosotros mismos pasa por el contrato social?

Aun así, atención a lo que señala la monja budista Pema ChödrönNo se trata de intentar cambiar. La práctica de la meditación (de metta) no es intentar deshacernos de nosotros mismos y convertirnos en alguien mejor. Se trata de hacernos amigos de quienes ya somos”.

*Podemos realizarla guiados por la voz de Vicente Simón “Compasión Metta hacia uno mismo” en Ivoox.


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